Entramos, o ya lo estamos o lo hemos estado (para los más adelantados) para 2º de bachillerato, en el final de curso, en el período de evaluación final ordinaria. Es el momento de ir valorando el proceso de aprendizaje de nuestro alumnado, el desarrollo de su competencias y, finalmente, ponerle una calificación cuantitativa que se corresponda, lo mejor posible, con esa valoración cualitativa...o, no.
Y digo esto último por una anécdota que me comentó un compañero de un centro de Écija sobre la posibilidad de poner No Presentado (NP) en la evaluación ordinaria que se nos acerca. Esta es una duda frecuente entre el profesorado y su significado demuestra claramente el concepto de evaluación calificatoria que existe. La anécdota era que un profesor le preguntó si podía poner NP a un alumno que no se había presentado al último examen. Es decir, parece que ese alumno no ha ido a clase desde septiembre, que no ha sido evaluado en la evaluación inicial, ni en la primera, ni en la segunda, que no ha hecho actividades de aula, ni deberes de casa, ... que no ha existido, vamos, hasta ese fatídico examen al que no se presentó.
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Bien, qué nos indica esto:
- Lo primero es que parece que sólo se tienen en cuenta los exámenes para evaluar, porque "como no se ha presentado al último examen"...pues, NP.
- Lo segundo, derivado de los anterior, es que no se tiene conciencia de una evaluación procesual y formativa, sino sólo calificatoria. Es decir, se evalúa, para poner una nota, no para valorar procesos de aprendizaje, adquisición de competencias básicas y otras zarandajas sin importancia. Evaluación es igual a examen y punto.
- Y lo tercero, y más preocupante, que esa duda la tienen muchos docentes.
Por eso, se puede entender que la duda sobre el NP refleja una visión de la evaluación. Un paradigma de lo que predomina en la evaluación de nuestro alumnado.
Y para recordar en estas fechas, una cita muy interesante del gran Bertrand Russell
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