Y el problema está en que las soluciones que se ofrecen generalmente son soluciones que intentan recuperar algo que ya no existe, se intenta retocar, renovar y mejorar un sistema que ya no funciona y que no va a funcionar. Un ejemplo: si se piensa que el alumnado no estudia, la solución pasa por poner más exámenes o que los exámenes tengan más peso en la nota (sí, todavía más). Se insiste en mantener la misma metodología tradicional de enseñanza y de evaluación, porque es lo que todo el mundo (docentes, familias y alumnos) entiende, conoce y acepta. Y se niega, con eso, la realidad. Pero insistimos. Nos empeñamos en recomponer algo desfasado porque no terminamos de asumir el cambio radical que se ha producido en las formas de aprendizaje.
Y mientras las familias y los docentes no asuman este cambio radical, seguiremos intentando poner parches a algo viejo y raído y estaremos negando una formación adecuada a nuestra juventud. Podremos seguir negando la evidencia porque no sabemos como enfrentarnos a ella, pero no por ello, evitaremos que exista.
¿Hacia dónde vamos?
Para ilustrar todo esto os dejo cuatro vídeos que considero claves para comprender este cambio.
imágenes de http://flickrCC.net
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