sábado, 15 de junio de 2013

REVUELTAS DE PRIVILEGIADOS. UNA LECCIÓN DE ¿HISTORIA?

NADIE COMBATE LA LIBERTAD, A LO SUMO COMBATE LA LIBERTAD DE LOS DEMÁS. LA LIBERTAD HA EXISTIDO SIEMPRE, PERO UNAS VECES COMO PRIVILEGIO DE ALGUNOS, OTRAS VECES COMO DERECHO DE TODOS.
Karl MArx

A lo largo de la historia han existido bastantes ejemplos de revueltas de grupos sociales privilegiados que, bajo la excusa de frenar la arbitrariedad y el autoritarismo del poder, lo que intentaban era, simplemente, mantener o aumentar el suyo, sus privilegios, seguir haciendo lo que les venía en gana, manejar sus dominios o señoríos y ultrajar a su antojo a los que consideraban sus súbditos. Nadie debía atacar ese estatus porque suponía acabar con el orden establecido (establecido por ellos, claro), supondría el desorden y la anarquía y el final de su mundo feliz. Por eso, cualquier monarca obligado, generalmente por  motivos financieros o de organización política, a reducir o limitar sus ventajas, era rápidamente tachado de autoritario, arbitrario, contrario a la tradición sacrosanta y a una ley no escrita de mantenimiento de los privilegios como garantes de su propio poder.


Todo lo anterior lo podrían ilustrar varios ejemplos como la conspiración del Duque de Medina Sidonia, de 1641 o las sublevaciones catalana y portuguesa de esas mismas fechas. También, la lucha denodada de los vascos por defender sus fueros y privilegios frente a la tendencia centralista y...autoritaria. Pero el ejemplo más claro es la conocida como Revuelta de los Privilegiados de 1787 en Francia, donde los estamentos privilegiados se negaron a pagar impuestos ante las necesidades financieras de la monarquía francesa, lo que dio comienzo a la Revolución Francesa.

En definitiva, intentos de mantener ventajas y prebendas, de seguir haciendo lo que les apetecía, sin límites, sin que  nadie les dijera qué y cómo tenían que hacer las cosas y manejar sus asuntos. Porque, además, se sentían respetados, temidos y seguros por siglos y siglos de poder acumulado. Por eso no entendían cómo por la razón y por la necesidad se les quería quitar lo que consideraban propio y eterno.  Incluso llegaban al ridículo de acudir al argumento de la defensa de la libertad del pueblo para defender sólo la suya, disfrazando sus intereses bajo el manto de la opresión. Atacaban a la autoridad de otros para defender la suya, la única que reconocían.

Puertas+de+Cartagena

La única que reconocen.

¿Lecciones de Historia?

3 comentarios:

  1. Supongo que borrar mi comentario es la libertad de expresión de la que tanto alardeas.
    Eso de dar tu opinión y si los demás no escuchan es porque son ignorantes viene muy bien para decirlo a los demás, pero no cuando te toca a ti escuchar verdades...
    Es decir, lo de siempre. Los demás son muy malos y la verdad absoluta es tuya. Quien no escucha es un flojo o un ignorante (siempre que no sea otro el que habla y yo el que tenga que escuchar).

    Finalmente tengo razón. La verdad incomoda a los que tienen poder... que pena que me des la razón tan rápido.

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    Respuestas
    1. La cobardía no creo que sea una virtud a tener en cuenta.

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    2. Le dijo el cazo a la sartén...

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