Hace tiempo, mucho tiempo, la selectividad era casi la única referencia que un centro de bachillerato tenía para valorar la formación de su alumnado. Y recuerdo grandes porcentajes de aprobados en las pruebas...y grandes frustraciones por no poder hacerla. Iban pocos alumnos. La criba se hacía en el centro para asegurar resultados extraordinarios.
Desde hace un tiempo observo una cantinela. Como un síntoma más de lo que nos rodea (la LOMCE, por ejemplo), por lo que se vuelve a querer utilizar la selectividad como una especie de arma arrojadiza y de diosa cívica todopoderosa porque los resultados no son tan buenos como antes. Se quieren utilizar estos datos para justificar una pretendida bajada de niveles educativos que hace que nuestro alumnado no alcance los resultados de hace unas décadas. Puede que se olviden de que mandamos a casi 79 alumnos, mientras que otros centros no mandan ni a 40. Puede que se olviden de que nuestra función como docentes es valorar el aprendizaje del alumnado y como correspondencia ponerles una calificación. Nosotros no hacemos selectividad. Y si con nuestra valoración merece un 8 y en el examen de esa materia saca un 4, no es resultado de la mala formación en el centro, sino de múltiples factores entre los que entran la ansiedad, los nervios, la suerte y la corrección. Y, sinceramente, querer darle más valor a ese 4 que al 8 para justificar no se sabe muy bien qué, es menospreciar nuestra tarea durante todo un curso, intenso y difícil. Y puede que se olviden de que gracias a las notas que llevan del centro algunos consiguen notas muy altas o, simplemente, aprobar y poder seguir estudiando y formándose.
Afortunadamente, también existen otros baremos de satisfacción, como las titulaciones de secundaria y la tasa de promoción de curso. Afortunadamente también, los centros, hoy y desde hace mucho tiempo, de Secundaria, no preparan sólo, cual Academia Ripollés, para Selectividad. No existen centros "selectivos", ni excluyentes. La calidad en un sistema como el nuestro sólo se puede definir como darle a cada alumno lo máximo posible según sus posibilidades. No puede haber calidad con exclusión.
Y cierro con el testimonio de un alumno de 4º de ESO de la opción de Ciclo Formativo, completamente perdido hace dos años y con riesgo de abandono escolar. Ha pertenecido a ese grupo de adaptación que llevamos creando en el centro hace mucho tiempo y que tan buenos resultados está dando. Y me dijo en la puerta del centro: "Maestro, me han dicho que seguramente entre en el ciclo, que mi nota es de las más altas que se han presentado. Así que tengo muchas posibilidades".
Amén
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