jueves, 23 de abril de 2015

¡A CHUPARLA! (con perdón)

Los titulares deben ser llamativos e impactantes. Este creo que lo es y no tanto por la expresión como por lo que representa. Se trata de la expresión, un poco entre la "gracieta" estúpida y el convencimiento ignorante, que profirió un alumno de 1º de bachillerato cuando les propuse hacer una entrada sobre la desgraciada muerte de cientos de inmigrantes en las aguas del Mediterráneo.

La verdad es que en un primer momento me quedé de piedra, pero tras un breve instante reaccioné. Le dije que cómo podía decir semejante barbaridad de esa desgracia humanitaria. Y su respuesta fue la que me abrió los ojos de uno de los motivos por los que siguen pasando estas cosas. Me dijo que les había pasado eso porque querían venir, que lo que tenían que hacer era quedarse en su país.


Si eso lo piensa un alumno y lo dice con tanta crudeza y tanta claridad es porque lo escucha y lo vive en sus círculos familiares y de amistades. Es porque cree firmemente que vienen casi por gusto. Ante esto le pregunté que si sabían de dónde y porqué venía y me dijo, un poco ya entre la espada y la pared, que le daba igual. Le pregunté también si pensaba lo mismo de los que murieron en el accidente del avión de Germanwings y se limitó a decir ya que no era lo mismo. Incluso otro alumno, en pleno debate llegó a afirmar que "desde que Marruecos no dejó pasar al equipo de rescate para los policías espeleólogos" no le parecen bien los inmigrantes. En ese debate otros alumnos y alumnas afearon la expresión y lo que se deriva de ella, pero muchos, la mayoría, no opinó.

Es duro, muy duro comprobar que se nos llena la boca diciendo que educamos y encontrarnos este panorama de ignorancia, de xenofobia y de racismo. Sin ambages. ¿Qué estamos haciendo? ¿Para qué dar tasas de natalidad, tasas de crecimiento, pirámides de población y otros conocimientos "muy útiles" y no debatimos, no planteamos temas reales, duros. De los que de verdad se aprende: homosexualidad, violencia de género, inmigración, racismo, xenofobia. Para todo un curso, vamos

Y más duro darte cuenta de que estas desgracias pasan y no acaban, entre otras muchas cosas, porque a muchos y a muchas no les importa lo más mínimo. No es, aparentemente, su problema. Es el problema de esos que deciden venir porque sí, a molestar, a cometer delitos y a quitarnos el trabajo. Y eso es en el fondo lo que piensan muchos. Demasiados. Por ignorancia. Por miedo,

Podemos hacer mucho. Podemos empezar o continuar esta tarea. Aunque sea para no escuchar más esa expresión en clase.

3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Pedro, al final no nos hicimos la foto, pero encantado de encontrarnos por fin.

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  2. Creo que tampoco los jóvenes de hoy son culpables porque, como explicaba en una reflexión Eugenio Magdaleno, hace unos días, son hijos de la incertidumbre. La incertidumbre provoca miedos irracionales como a los extrajeros. Lo que yo me plantearía es porque sufren una incertidumbre enorme que nosotros no sufrimos cuando teníamos su edad. Nuestra generación vivió una crisis profunda, de hecho al acabar la carrera el porcentaje de parados era similar al actual, pero teníamos esperanza en el estado del bienestar.
    Los jóvenes de ahora no, y creo que las crisis económicas, políticas y sociales desde entonces les han llevado a esa incertidumbre.

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