La educación no
es, no debe ser, un tema de discusión o de debate aislado de la realidad donde
se produzca. El contexto marca unas condiciones que determinan las situaciones
del debate. Pero, ¿el contexto educativo, de la educación, es algo aislado del
contexto social, político, económico, cultural, tecnológico? ¿Y hay sólo un
contexto educativo o podemos hablar de diferentes contextos de centro y de aula?
Por lo tanto,
podemos concluir que el centro educativo se mueve dentro de unos márgenes
contextuales que le facilitan o impiden, en mayor o menor grado, poder
desarrollar su actividad educativa. Hay contextos sociales desfavorecidos que
no permiten poder hacer cosas que sí se pueden hacer en contextos más
favorables. Relacionados con estos contextos sociales, nos encontramos con
contextos tecnológicos muy diferentes, en recursos, acceso, formación, herramientas
y, por lo tanto, en posibilidades de adaptar el aprendizaje al contexto a las
demandas de una sociedad cada vez más inmersa, para lo bueno y lo malo, en las
TIC y en unas formas de aprender que ya no son como las de antes.
A veces,
coinciden en un mismo centro contextos sociales y familiares muy diversos que
aumentan las necesidades de atención a la diversidad no sólo de niveles de
aprendizaje sino de situaciones socioeducativas. Por ello, es complicado
plantear contextos de centro, aunque podamos simplificar en unas situaciones
estándar que empobrecen los análisis y, por tanto, el diagnóstico de los
verdaderos problemas existentes. Es cierto que, como hemos planteado más arriba,
podemos hablar de contextos desfavorecidos y no desfavorecidos,
pero en la mayor parte de los casos la frontera se diluye y el contexto del
centro es muy variado aunque pueda predominar una tónica general.
Debido a ello,
debemos hablar también de contextos de aula, de la variedad del alumnado y sus
familias, de la organización y estructura visible e invisible de la misma, de
la coordinación de su equipo docente, etc.
Y nuestro
alumnado tiene que aprender en este contexto tan diverso y tan incierto y en un
mundo globalizado donde las tecnologías de la información y la comunicación han
sustituido a los medios tradicionales de adquisición de conocimientos y han
democratizado y facilitado su acceso universal. En teoría. Porque hay lagunas,
brechas u océanos amplios por falta de recursos, por comodidad y por
desconocimiento, que limitan las ventajas del aprendizaje expandido y ubicuo.
Para limitar esos
efectos, es necesaria la conjunción de varios factores. En primer lugar, una
actualización metodológica relacionada con las TIC, como medio universal de
acceso y creación de conocimiento, y al contexto, por su diversidad y
variabilidad. En segundo lugar, un nuevo enfoque del aprendizaje del alumnado
orientado hacia la contextualización, la permanencia y al empoderamiento del
mismo. En definitiva, que aprendan entendiendo su situación social y personal,
que aprendan a aprender durante toda su vida y a tener estrategias de
resolución de problemas y situaciones complejas y que creen su propio
conocimiento con las herramientas que tengan o que se les pueda proporcionar.
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