Algo que está vivo, cambia. Algo que cambia es, en la mayoría de los casos, imprevisible. Y más en una realidad tan dinámica, tan líquida, como la actual. Por eso, plantear qué deberían ser los EABE es algo complicado. En la mesa del FlippedEABE del pasado fin de semana en Úbeda, vimos que, a pesar de lo diferente que han sido los encuentros entre sí: lugares, planteamientos, dinámicas de trabajo, etc., queda un poso común que creíamos que se debería mantener como sueño, como BHAG: seguir encontrándonos y seguir compartiendo nuestras experiencias, dudas, certezas, sueños..."copas", "tapas". El "emotion ware", vamos. Todo lo demás, creo que sería demasiado presuntuoso: saber de qué podemos estar hablando dentro de diez años. Posiblemente sea, también, inútil. Porque el objetivo se plantea en cada camino, en la ruta a cada EABE, y después, en el encuentro, se difumina, se pierde y se recupera o se cambia por completo en un momento. Este es su encanto: el aprendizaje horizontal, expandido, invisible. EABE, en una palabra.
"Y así entre rosas volar" de http://flickrcc.net/
Y los retos. Personales, colaborativos, generales. Los míos ya los he planteado y son los siguientes:
Primer #retoEABE15: terminar el libro de "texto" digital que está elaborando mi alumnado de 1º de ESO y seguir el curso que viene haciendo el de segundo.
Segundo #retoEABE15: ayudar a que la Escuela no sea sólo, o se quede sólo, un "templo del saber". De un saber imperturbable, lejano y, en apariencia, casi inalcanzable y se convierta en centros de I+D+i, centros vivos que investiguen, desarrollen proyectos y que permita que el alumnado se empodere de su aprendizaje.
Tercer #retoEABE15: que el alumnado sea el protagonista del encuentro. Por la experiencia de la mesa del FlippedEABE, se cambia la perspectiva y se puede avanzar en lo que realmente se necesita.
Ya estamos en el camino.
"reto recortable" de http://flickrcc.net/
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