#EABE13: MAGIA.

Como es costumbre ya para muchos de los blogeros eaberos hay que analizar lo vivido (¡uy!, iba a decir lo ocurrido, y en los EABE las cosas no ocurren, se viven). Ya adelanté en otra entrada anterior mis primeras impresiones y conclusiones y ya he mencionado (creo) en twitter a tod@s los encontrad@s, reencontrad@s y desvirtualizad@s. Ahora queda reflexionar un poco sobre lo que allí he vivido, que ha confirmado con creces lo que ya me planteaba antes del encuentro.

Ha sido un encuentro diferente porque lo he compartido con mi mujer que ha quedado sorprendida de lo que se hace y cómo se hace, aunque parezca que no se hace nada. Y esa sería una primera reflexión. En el grupo de la tarde del viernes, ni hicimos mandala, ni elegimos tema, ni nada. Sólo hablamos de los temas y nos dedicamos a explicarnos qué eran o qué podían ser y fue una conversación y un debate bastante interesantes. En el grupo de trabajo del sábado, elegí Flipped learning, por ver si era lo que yo creía o no y por aclarar otras posibles visiones. Bueno, y también porque los que estábamos charlando antes de elegir nos pareció interesante. Nos llevamos más de una hora discutiendo qué era eso y si era lo que algun@s hacíamos o si le podríamos llamar de otra manera. Después nos fuimos a tomar café. Tendríamos el proyecto en la cabeza porque mientras duró esa tertulia del café hablamos de cuarenta cosas menos del proyecto. Después, al intentar montarlo, antes de la foto oficial, las ideas fluyeron solas y se medio montó el proyecto, que se culminó, también después de mucho divagar o, mejor dicho, de hablar de todo un poco, por la tarde.

Antes, en la comida, una conversación muy intensa sobre dirección y claustros y sobre la sensación de islas que podemos tener much@s en nuestros centros y como afrontarla positivamente.

Segunda reflexión. El programa es lo de menos. Lo hay por fijar objetivos del encuentro, pero esos objetivos no salen por el programa, sino porque el debate fluye libre y horizontalmente y se comparten y se contraponen opiniones y visiones de los problemas planteados. A lo que me refiero es que no se tiene la sensación de que se tiene que hacer algo, sino de sale solo o saldrá solo.

Hay nueva sabia. Los vejos rockeros pueden o podemos estar tranquilos. Hay cantera. Porque la filosofía de los EABE engancha, ilusiona, ilumina...enreda. Esta es la tercera y última reflexión.

Y una conclusión. Ha sido tan intenso que ayer domingo tenía la sensación de que había pasado al menos una semana desde que salí del centro. Eso es magia. Eso es EABE.