miércoles, 27 de mayo de 2015

JUGAR A LA ESCUELA

Me llamó mucho la atención esta expresión referida en el libro "Dale la vuelta a tu clase" de Bergmann y Sams en relación al alumnado que acudía a clase sólo con la intención de aprobar, sacar la mejor nota posible y no complicarse más. Eso de aprender no entraba en sus cálculos ni en sus hábitos.

En concreto, la cita es esta:

Ashley se ha pasado la mayor parte de su vida aprendiendo a "jugar a la escuela". Lleva diez años perfeccionando el arte de ajustarse a los requisitos que piden sus profesores. Para ello se asegura de dominar cada detalle de los criterios de evaluación. En realidad nunca asimila los conceptos claves. Siempre saca nueves o dieces en sus clases, pero no porque haya comprendido las cosas sino porque cumple los criterios de evaluación. Sus calificaciones no reflejan con exactitud realmente lo aprendido."

Jugar a la Escuela significaría entonces que esta institución sería una mera fábrica de títulos, calificaciones y clasificaciones, donde lo importante no es aprender sino aprobar y donde lo principal es tener un título para pasar al siguiente escalón. Últimamente, será porque es final de curso, se prodigan reflexiones acerca de este tema porque en la encrucijada social y educativa en la que nos encontramos aparecen claramente marcados dos modelos de Escuela y de Educación. Y, por lo tanto, de Aprendizaje.


La Escuela tradicional o convencional donde predomina una cultura del aprendizaje y de la evaluación también tradicional y convencional. Donde lo importante es aprobar, superar niveles y tener los títulos necesarios. Este modelo, fortalezido por las evaluaciones externas y las reválidas, se resiste a desaparecer también porque la propia institución la refuerza, no sólo por la ley, sino por su estructura y objetivos. Una estructura rígida y unos objetivos relacionados con la producción de ciudadanos sumisos y competitivos dispuestos para ingresar en la maquinaria del sistema sin plantearse un posible cambio de modelo. Se "dan" clases, se hacen actividades, se hacen (muchos) exámenes y se ponen notas. Se juega a la Escuela.

La Escuela del siglo XXI plantea otro modelo diferente, basado en el aprendizaje auténtico y donde lo importante no es la calificación sino el aprendizaje, donde la "titulitis" se desvanece ante el trabajo cooperativo o colaborativo, los proyectos de trabajo, las experiencias memorables, el protagonismo del alumnado en su aprendizaje y en su mayor autonomía y capacidad crítica. Se trabaja, se comparte, se reflexiona, se debate, se expone, se argumenta. Se aprende. Y la Escuela es un juego.

Resultado de imagen de PBL

No son dos modelos incompatibles, pero sí que son de difícil, muy difícil, maridaje. Son dos visiones contrapuestas de los objetivos sociales del sistema educativo. Debería haber un término medio que, como siempre se dice, es donde está la virtud. Pero, hasta qué punto podemos compatibilizarlos, hasta qué punto hacer esto último no provoca el mantenimiento de un modelo inflexible, poco dispuesto al cambio y el retraimiento y marginalidad del otro modelo. Esto está cada vez más claro para muchos: instituciones, docentes, familias, alumnado...

Estamos en un proceso imparable. Aunque, quizás, muy lento.

5 comentarios:

  1. Es imparable. Quizás lento para lo que nuestra vida docente ya nos va a permitir, querido Manuel J. jajajaja, ,pero no vamos a cejar en el intento. Me honra tener relación con un grupo de docentes, entre los que estás tú, con los que me une, además de visión, pasión por la enseñanza. Sabemos que "Otra Cultura Escolar Es Posible" y hemos decidido potentemente poner nuestro humilde grano de arena para que ello sea posible. La grandeza de la red es que nos ha conectado y ahora no somos individuos, somo una gran mente trabajando en pos de un convicción, una sinergia imparable...quizás un sueño.. que cada vez es mas real.
    Gracias por la cita y por dejarme estar cerca de ti.

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    1. Como dices es muy complicado que lo veamos de manera generalizada. Pero cada vez es más visible. Y gracias, por estar ahí.

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  2. Lento pero seguro e imparable. Cada día aprendo con vosotros.

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    1. Gracias, Entre tod@s llegaremos antes a cumplir el sueño

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    2. Llevo 14 años dando clase, y nunca he sentido que en los colegios en los que he trabajado, se pretenda conseguir ciudadanos sumisos y competitivos. Tampoco creo que lo hayan pretendido mis compañeros. Ni creo que el alumnado de hoy en día, por corta edad que tengan, lo permita. Los alumnos/as van a aprender siempre, aunque nos equivoquemos con el método empleado.Y los métodos son, cada vez, más participativos y de grupo, pero nunca olvidemos el trabajo individual. Para aportar al gupo debe haber un bagaje personal que sustente esas aportaciones.Seamos más optimistas!

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