Acabo de llegar de Madrid del Congreso Escuela 2.0 y mis primeras sensaciones son muy positivas, pero también contradictorias. Son positivas por el intercambio de experiencias, por la convivencia con docentes imbuidos del espíritu 2.0, por conocer a grandes profesionales, por ponerle cara y poder tocar, sí, tocar, a los que sólo vemos en “la nube”. Y nombro sólo a los que más he tratado y con los que más he convivido: Jose Antonio Salgueiro y su mujer Rocío, trío de lebrijanos en Madrid (como en las Jornadas de Almagro, somos la localidad más 2.0.), Paco Muñoz de la Peña, Massimo Pennesi, Daniel Sanchez (@dasava), Alberto García, Antonio Conejo, Josu (@otxolua), Diego Sobrino... Muy positivo también porque cada vez queda más claro que la escuela 2.0 es un asunto didáctico, no informático, o si lo queremos, metodológico y no tecnológico.
Sensaciones contradictorias porque noto cierta desesperanza, por el esfuerzo y el trabajo que significa esta inmensa tarea, en los que tienen que seguir el ritmo de estos monstruos de la 2.0 (no hay más que haber escuchado preguntas sobre si hay reducciones horarias, compensaciones de alguna clase, etc.). Porque las empresas nos apabullan con sus estrategias comerciales y los representantes de la administración nos inundan con datos, esperanzas, buenos deseos y reconocimientos. Sin embargo, los problemas técnicos (falta de material, conectividad, pdi que no terminan de funcionar bien), que no son lo básico, pueden frenar el desarrollo de lo que Evaristo González llamó en su intervención, una verdadera revolución educativa.
Un placer haberte conocido y leer tus interesantes reflexiones que en gran medida comparto.
ResponderEliminarEspero volver a coincidir contigo, un abrazo de Paco