Por lo que estoy viendo en la red y por lo que ya expuse en la entrada anterior, hay una queja unánime: mucha cosa oficial y poco tiempo para explicar con detalle experiencias magníficas y al intercambio de ideas. Pero, pensándolo bien, ¿qué podíamos esperar de un congreso organizado por el propio Ministerio (como tal o como ITE) y las distintas Consejerías autonómicas? Es nuestra ilusión por la web social la que nos lleva a estos encuentros y, un poco nublados por ella, no nos damos cuenta hasta que ya estamos allí de que a lo mejor no es lo que esperábamos o de que podría haber sido de otra manera.
Debemos pensar que es en los encuentros organizados por los propios docentes donde se puede encontrar un planteamiento como el de verdad nos gusta, más participativo e informal y que estos otros tienen una filosofía diferente y más, vamos a llamarla, oficial.
Por otra parte, el aspecto positivo que mencionaba ayer en mi entrada, también se está reflejando en la red. La desvirtualización se extiende, los contactos se multiplican y, como efecto colateral del congreso oficial, el profesora2.0 busca alternativas. Como soy muy positivo, me quedo con esto último.
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