Me gusta mucho el fútbol. No me gusta nada la LOMCE. Y atando cabos me he dado cuenta de que ambas cosas tienen mucho que ver. ¡Vaya por Dios!
Por una parte, el fútbol. Es competición, se trata de ganar partidos, campeonatos, quedar clasificado lo mejor posible, poder ir a la Champions o a la UEFA (por mucho que le quieran llamar de otra forma). Para eso, los jugadores tienen que entrenarse unas horas a la semana (clases), jugar partidos (exámenes) y obtener un resultado final que los clasifica en una lista de equipos (evaluación final.Aquí no hay septiembre). Pero resulta, que sólo pueden ganar dos equipos muy ricos, con mucho dinero. Los demás son meros comparsas que, a veces, tienen alguna alegría, pero que sólo aspiran a una mediocridad más o menos monótona.
Y la LOMCE. Competitividad, listados de centros, cuenta de resultados, pruebas externas, reválidas, segregación temprana...Y sólo los más ricos tendrán la posibilidad de ganar. Los demás son meros comparsas que, a veces, tienen alguna alegría, pero que sólo aspiran a una mediocridad más o menos monótona.
Y la docencia. Me comentaba un colega lo que yo mucho me temo: que los docentesseremos meros entrenadores de pruebas. Al alumnado y a sus familias no les interesará aprender sino entrenarse para pasar las pruebas y seguir compitiendo. Algunos con la seguridad de ganar y otros con la seguridad de no poder llegar, de no poder avanzar, de que parece que no interesa que lo hagan. ¿Es esa nuestra labor? ¿Debemos resignarnos a ser meros "trainers" de jugadores que van a superar unas pruebas para poder seguir su camino? ¿Seremos capaces de convencer a nuestra comunidad de que el alumnado debe, sobe todo, aprender? ¿Para qué va a ir el alumnado a clase si con que vayan un mes antes de las pruebas para desarrollar unos entrenamientos específicos para poder vencer en los partidos, perdón, superar las pruebas, podría tener suficiente?
Y lo dicho. Soy del SEVILLA F.C. y soy de mi COMUNIDAD EDUCATIVA. No soy de la LOMCE.
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