Uno tiene dudas. Sí, también tiene muchas certezas. Y por eso creo en la necesidad de cambiar radicalmente la Educación, la Escuela y el Aprendizaje. Pero uno observa la realidad analógica que le rodea y piensa si no estará haciendo simple y llanamente el canelo.
Sin embargo, hay días en los que esas dudas se desvanecen completamente y de manera también radical. Hoy ha sido uno de ellos.
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Reflexionando sobre la mañana y corrigiendo las tareas de hoy he recordado una expresión de una alumna de 3º de ESO en Valores Éticos: Maestro, ¿por qué las clases nos serán todas como ésta? Estamos trabajando el problema del acoso y tenían que hacer una campaña con un cartel, un lema y un decálogo. El cartel lo podían hacer dibujándolo o buscándolo en Internet o de las dos maneras, es decir, buscando una imagen y dibujándola fijándose en ella. A ellos se le ocurrió que podían buscar también una canción y, lógicamente, entró en el saco de las tareas pendientes. Pero es que. además, una alumna me suelta: "pues yo hago canciones y en vez de buscarla la hago". Como dicen por aquí, me quedé "con las patitas colgando" (o "flipado", que me vendría mejor).
Pero, ahí no queda la cosa. En Patrimonio de 1º de Bachillerato se han autoevaluado con la rúbrica y se han puesto muchos "unos" (suspenso) en diferentes valoraciones y dos de los grupos han querido llevarse a casa el trabajo de la línea del tiempo para poder terminarla bien y en 2º de bachillerato, las alumnas a las que le tocaban exponer sus "explicaciones exprés" (explicar entre todos un tema), traían su tema bien preparado.
Hoy no quedan dudas. Y. sí, muchas certezas confirmadas. Y la sensación de que tenemos la mejor profesión del mundo.
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