Según la Real Academia Española, una aventura es:
Una casualidad o contingencia.
El encuentro surge de una propuesta de José Luis Redondo en una charla informal al concluir el EABE de Úbeda, a principios de abril de este año. Fue algo imprevisto, algo lanzado posiblemente más como un deseo que como algo tangible. Pero saltó la chispa.
Un suceso o lance extraño.
Es raro sí. Que un sábado se reúnan una serie de docentes a pasar todo el día, desde las 10:30 hasta las 19 horas, debatiendo, compartiendo, charlando, tomando café, almorzando. Que algunos llegaran a Lebrija el viernes y que se fueran el domingo. Que se pagaran el desplazamiento, su alojamiento y el almuerzo. Y que no se lo reconozcan oficialmente por esas cosas de la formación reglada, sus normas y plazos. Puede resultar extraño. Y lo parece más porque hay mucho desconocimiento sobre los docentes y, sobre todo, sobre los docentes que mantienen la ilusión por cambiar y mejorar. Y algunos o algunas venían de Córdoba, de Huelva...de Mérida,.......de Valencia.
Hoy es el Día del Docente, y por eso, desde aquí, quiero rendir homenaje a las profesoras y a los profesores que asistieron ayer al Primer Encuentro de Ciencias Sociales.
Una empresa de resultado incierto o que presenta riesgos.
La preparación, como todo lo que empieza, como todo lo que es pionero, ha sido una incertidumbre total. Sobre la demanda que podía existir, sobre la respuesta que nos podríamos encontrar, sobre posibles colaboraciones, sobre la infraestructura, sobre la forma de trabajar en el encuentro, sobre la fecha. Sobre casi todo.
Una relación amorosa ocasional.
Y no se si habrá surgido o si surgirá en próximos encuentros. Pero de lo que estoy seguro es de que estos días han sido toda una inyección de emotionware. De complicidades, de ideas compartidas, de satisfacción por estar y poder ser.
En definitiva, que #eDccss ha sido y seguirá siendo toda una aventura.
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