En poco tiempo, analfabeto será quien no entienda de ordenadores.
Esta frase lapidaria se la escuché en el CAP (el maravilloso Curso de Adaptación Pedagógica que nos "habilitaba" para poder dar clases) a mi profesor de tecnología educativa. Era 1985. 30 años. Sí, soy ya algo mayor(viejo).
Como educador e historiador, he ido dándome cuenta de que la ESCUELA, si quiere seguir existiendo y ser una institución influyente debe adaptarse a los cambios sociales. Si no, está muerta. ¿Lo está ya? Poco le falta.
La ciudadanía es una condición humana por el simple hecho de pertenecer a una comunidad y a una sociedad, lo que implica tener unos derechos y unas obligaciones ante ella. Cuando esa sociedad se hace digital, las relaciones, los derechos y las obligaciones también evolucionan hacia lo digital y añaden una serie de novedades muy importantes. Y voy a poner un ejemplo escolar que creo que define bien este cambio de pasar de la ciudadanía analógica a la digital. En un aula, sí un alumno quería mandar un mensaje a otro, para quedar, para meterse con él o para organizar alguna trastada, le mandaba un papelito muy bien dobladito. Ahora le manda un whatsapp. Tenemos la misma situación y el mismo problema pero transmitido de otra manera y aumentado por la transcendencia que el grupo quiera darle porque queda en la nube y puede llegar a cientos de personas en un momento dado. Porque en pleno siglo XXI. digital y líquido, como dijo Manuel Castells, "hemos cambiado para siempre la forma en que nos comunicamos, nos informamos, trabajamos, nos relacionamos, amamos o protestamos".
Lo digital, por lo tanto, le añade a la categoría de ciudadan@, una mayor responsabilidad porque el mundo digital amplifica lo bueno y lo malo de las relaciones sociales. Ser ciudadano, por tanto, supone tener responsabilidad, respeto e iniciativa, ser crítico, solidario, y participativo. Y ser ciudadano digital, significa lo mismo, sólo que, como hemos visto antes, mucho más responsable, más respetuoso y más participativo, porque la red de redes y las redes sociales permiten aumentar o amplificar las consecuencias de nuestros actos y opiniones. Dejamos más huella, en más sitios y por más tiempo.
Y volvemos al principio: analfabeto será quién no entienda el mundo digital, quién no se maneje en las redes, quién no entienda que la realidad ha cambiado y sigue cambiando rápidamente. Quien crea que el mundo se paró o se debía haber parado hace 20 años porque era más cómodo, más comprensible, más manejable, más sólido.
Porque el mundo digital es más complicado, más incierto, más líquido, se nos escapa. Hace más difícil controlar lo que nos rodea, que ya no es sólo analógico y presente, sino, sobre todo, digital y en red. Pero, precisamente, lo que nos puede complicar la existencia, nos la puede facilitar: la inteligencia colectiva digital de la red al servicio de las necesidades individuales o sociales.
PD: si no lo entiendes del todo, puedes buscar y ver un vídeo de Youtube.
No hay comentarios:
Publicar un comentario