MI AMIGO MANUEL

Ayer por la tarde estuve en Sevilla. Cuestiones familiares. Entre ellas, llevarle viandas a mi hijo que está en la Residencia Flora Tristán. Estando en la puerta, salió un chaval que empezó a hablar con mi hijo. Era Manuel. Estudia 1º de Bachillerato en el IES Domínguez Ortiz de Sevilla, en las Tres Mil, y a raíz de una coincidencia (porque él estaba antes en el IES Ramón Carande de donde ha llegado al Virgen del Castillo una alumna) por la que supo que era profesor, empezamos a hablar.

Se ha cambiado de centro porque le pilla más cerca de su casa, en la barriada de Las Vegas. Confiesa que le cuesta mucho trabajo, que necesita mucho tiempo para aprender y memorizar lo que le piden, pero que tiene mucha ilusión por aprender, por estudiar, por sacarse el título y hacer un grado superior de educación física. Quiere mejorar. Quiere no tanto salir del gueto como demostrar que se puede conseguir vencer la marginalidad ("yo siempre le digo a mis hermanos que se dejen de fumar, de gamberradas y de tonterías y que estudien, que estudien").

Me pidió consejo sobre qué hacer y opinión sobre si ha acertado en el cambio de centro. Me confesó también que le da mucha pena su instituto y la actitud de muchos de sus compañeros. También comentó que cuando llegó al centro y vieron que era gitano ("que era gitano y que tenía la piel muy negra") los profesores pensaron que "era malo" y que poco a poco fueron alabando su interés y sus ganas y afirmándole que era un ejemplo.

Es, desde entonces, mi amigo Manuel. Nos despedimos y le deseé toda la suerte del mundo. Él se metió en la biblioteca de la residencia a estudiar.