Durante estos meses he estado realizando el MOOC de EducaLAB, del Ministerio de Educación, titulado Las preguntas PISA y TIMMS: una práctica para el aula. Me metí en la aventura de la realización de este curso fundamentalmente para adentrarme más en los entresijos de unas pruebas y unas evaluaciones que, de una manera o de otra, afectan a nuestro desempeño docente y lo he realizado, sobre todo, para ver cómo puedo ayudar al alumnado frente a ese desafío. Es como meterse en un laberinto para encontrar la salida y que ese camino le sirva al alumnado.
http://www.flickr.com/photos/76907924@N05/7786849916 |
En el curso he comprobado y corroborado que todo tiene una apariencia excesivamente sofisticada: items, estímulos, codificaciones, marco teórico. Todo tiene la justificación lógica de la necesidad de amarrar bien unas pruebas que deben servir a aprendices muy diferentes (lengua, cultura, capacidad. competencia, etc.), pero, sinceramente, asusta un poco. Echa para atrás. Si nos fijamos, además, en el diseño y desarrollo de su evaluación, nos encontramos ante la sensación de que son, también, complejas y excesivamente estandarizadas. Lógicamente, por el mismo motivo que vimos más arriba.
Y si nos metemos en el complejo mundo de recogida y análisis de datos y de la consecuente disparidad de interpretaciones según el prisma con que se miren, nos encontramos con un debate que se enreda en discusiones más ideológicas que educativas porque se critica mucho pero apenas se aportan soluciones. Yo tengo siempre la sensación de que sólo interesa decir lo mal que está todo pero sin aportar salidas y remedios. Es como un frontón: los resultados rebotan contra la pared y se devuelven hasta la próxima entrega.
Sin embargo, son muy útiles. Utilísimas. Al menos, a mi me ha servido el MOOC para confirmar qué es lo importante en educación, en la ESCUELA. No son los contenidos, son las competencias. Y competencias son: conocimientos, capacidades, habilidades, destrezas. Y por eso, me confirman también que en la enseñanza secundaria OBLIGATORIA (y remarco este último concepto que a muchas y a muchos se les olvida tontamente) tenemos básicamente que procurar que el alumnado aprenda a:
- Comprender textos de diferente dificultad
- Expresarse de manera correcta
- Razonar
- Ser autónomo
- Tener herramientas de aprendizaje para toda la vida.
- Trabajar colaborativamente
- Utilizar las TIC responsablemente
http://www.flickr.com/photos/27397862@N04/15761270958 |
Todo lo demás es superfluo, sobra. Sí, sobra. Para qué queremos que un alumno sepa resolver problemas y actividades mecánicamente si se les plantea de otra manera y se pierde. Para qué queremos que memorice datos inicuos, como saberse la tasa de crecimiento real, que puede encontrar en la red y no les ayudamos a razonar sobre esos datos, como, por ejemplo, los problemas migratorios. Para qué saberse las figuras literarias si no se entiende un texto periodístico. Para qué saberse las capas de la atmósfera si no debatimos sobre la capa de ozono. Para qué aprenderse los verbos irregulares si no saben pedir pan en una panadería o un bocadillo en un mercado. Para qué buscar en Google si cogen la primera referencia y la copian.
Por eso, son útiles las pruebas. Por eso me ha resultado útil entrar en el laberinto: nos confirman los aprendizajes imprescindibles. La competencias claves. Y tenemos que utilizar el currículo para desarrollarlas. Y tenemos que ponernos de acuerdo en cómo hacerlo, no en si hay que hacerlo o no.
Es nuestra responsabilidad como docentes.
Excelente y totalmente compartible tu comentario.
ResponderEliminar