Hoy he estado en la presentación, en la Residencia Educativa de La Rosaleda de Málaga y para los 25 centros seleccionados por la Consejería de Educación, del Programa de Consolidación de las Competencias Básicas como eje del currículo (COMBAS). Nuestro Centro ha sido seleccionado como centro de avance (hay otra categoría de centros de iniciación) y el profesorado del IES Virgen del Castillo que acepte participar en el Programa va a trabajar en los cinco módulos de formación a lo largo de lo que queda de curso y el principio del curso que viene. Esta selección ha venido a confirmar y a reconocer nuestra línea de trabajo desde hace tres años que ha hecho posible que tengamos un Proyecto Educativo ya finalizado cuando la inmensa mayoría de los centros lo están haciendo este curso, creo que un poco atropelladamente.
El Programa, que es uno de los Programas de Cooperación regional del Ministerio de Educación, intenta ayudar a los centros a desarrollar el trabajo por competencias de manera que se vaya logrando pasar a medio plazo de una educación basada en contenidos a otra basada en el desarrollo de las competencias básicas del alumnado que integre dichos contenidos.
Se ha vuelto a indicar, para los incrédulos, para los que se excusan en ese argumento para no intentar cambiar y para los que se niegan a reconocer la realidad educativa, que las competencias no son una moda, ni lo mismo con otro nombre, sino algo muy meditado y firmemente asentado en el horizonte educativo mundial y europeo y, si no somos extraterrestres, también para España, con los “objetivos 2020” para la mejora de la educación. También se ha desmentido el mito de que con las competencias básicas se pierden los contenidos, puesto que sólo con contenidos y conocimientos el alumnado puede estar en disposición de resolver las tareas complejas que se les puedan plantear en su vida escolar o extraescolar.
Se ha planteado el programa como algo integrador que “intente escribir entre todos y todas el nuevo libro de la educación española” (en palabras de Florencio Luengo, coordinador pedagógico del Programa) donde se intenten aglutinar todas las experiencias y materiales ya elaborados y los que puedan irse elaborando con este Programa y con otras actuaciones. Lógicamente, este debe ser un cambio a medio plazo, de tres o cuatro años, que es lo que el Programa debería durar, aunque sólo está asegurado para dos años: 2011 y 2012.
También se ha aclarado que es una ayuda y un reconocimiento a un trabajo que, de todas las maneras, el profesorado está obligado a realizar si quiere desarrollar el currículum completo, puesto que en este se encuentran las competencias como un elemento clave y fundamental.
En definitiva, una reunión estimulante e intensiva (de 11 a 15 horas) donde se han podido manifestar compromisos, situaciones y motivaciones muy variadas, pero una idea compartida por todos: el desarrollo de las competencias básicas va a servir para mejorar la educación.
Y nuestro Centro, representado por un número importante de sus profesoras y profesores está participando en esta experiencia pionera y está entre la élite de los centros que trabajan por la mejora de la educación. Sobre todo para beneficio de su alumnado.
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