Primera:
Verdaderamente es un tema complejo y delicado; y como todo tema de esta índole, no podemos afrontarlo con simpleza. Si entendemos la interculturalidad como el concimiento mutuo desde el respeto y la tolerancia, no podemos imponer una única forma de vestir, ni de pensar.
Pienso que debe quedar claro que si queremos convivir, tenemos que respetar y comprender otras costumbres y si todo esto lo enfocamos desde el punto de vista educativo, que una alumna lleve el velo puede dar pie al debate y al conocimiento del/a otro/a. Otra cuestión es la regulación de otros temas, parecidos pero diferentes, en relación con la indumentaria de nuestro alumnado (¿el profesorado también podría entrar, no?) y, la verdad, no se que es más ofensivo, dañino o poco respetuoso,si un velo o una camiseta grosera (como la que comentó otro director en otra intervención).
Creo que el sentido común y la confrontación de ideas y pareceres que este debate abre puede ayudar a plantearnos en nuestros centros como plantear este tema.
Gracias por el vídeo, compañero (agradecimiento a Miguel Rosa por colgar el vídeo de la entrada anterior). Creo que el debate no debe derivar hacia disputas sobre integrismos sino sólo a intentar comprender el tema en todas sus dimensiones, religiosa y cultural. Se dice que si vamos a un país islámico no podemos mantener algunas de nuestras costumbres (y creo que lo decimos porque pensamos que está mal, aunque nos aguantemos) y, precisamente utilizamos este argumento para justificar que cuando vengan aquí tampoco puedan (¿eso puede ser "ojo por ojo"?). Deberíamos ser un ejemplo de tolerancia, no de lo contrario. No se trata de renunciar a nuestras costumbres y nuestros valores, sino de compartirlos. En mi centro hay alumnas musulmanas que no se distinguen de sus compañeras lebrijanas en su aspecto, están integradas y asimiladas. Si alguna, algún día (como han venido sus madres y hermanas) viniera con el hiyab, se distinguiría en el aspecto, pero ¿ya no estarían integradas y asimiladas y serían un peligro para la convivencia?, o más bien sería un modo de mostrar la diversidad: de religión, de culturas, de costumbres. Sería, también, una oportunidad para el aprendizaje.
Verdaderamente es un tema complejo y delicado; y como todo tema de esta índole, no podemos afrontarlo con simpleza. Si entendemos la interculturalidad como el concimiento mutuo desde el respeto y la tolerancia, no podemos imponer una única forma de vestir, ni de pensar.
Pienso que debe quedar claro que si queremos convivir, tenemos que respetar y comprender otras costumbres y si todo esto lo enfocamos desde el punto de vista educativo, que una alumna lleve el velo puede dar pie al debate y al conocimiento del/a otro/a. Otra cuestión es la regulación de otros temas, parecidos pero diferentes, en relación con la indumentaria de nuestro alumnado (¿el profesorado también podría entrar, no?) y, la verdad, no se que es más ofensivo, dañino o poco respetuoso,si un velo o una camiseta grosera (como la que comentó otro director en otra intervención).
Creo que el sentido común y la confrontación de ideas y pareceres que este debate abre puede ayudar a plantearnos en nuestros centros como plantear este tema.
Segunda:
Gracias por el vídeo, compañero (agradecimiento a Miguel Rosa por colgar el vídeo de la entrada anterior). Creo que el debate no debe derivar hacia disputas sobre integrismos sino sólo a intentar comprender el tema en todas sus dimensiones, religiosa y cultural. Se dice que si vamos a un país islámico no podemos mantener algunas de nuestras costumbres (y creo que lo decimos porque pensamos que está mal, aunque nos aguantemos) y, precisamente utilizamos este argumento para justificar que cuando vengan aquí tampoco puedan (¿eso puede ser "ojo por ojo"?). Deberíamos ser un ejemplo de tolerancia, no de lo contrario. No se trata de renunciar a nuestras costumbres y nuestros valores, sino de compartirlos. En mi centro hay alumnas musulmanas que no se distinguen de sus compañeras lebrijanas en su aspecto, están integradas y asimiladas. Si alguna, algún día (como han venido sus madres y hermanas) viniera con el hiyab, se distinguiría en el aspecto, pero ¿ya no estarían integradas y asimiladas y serían un peligro para la convivencia?, o más bien sería un modo de mostrar la diversidad: de religión, de culturas, de costumbres. Sería, también, una oportunidad para el aprendizaje.
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