sábado, 28 de abril de 2012

CAPACITACIÓN EN CCBB EN EL IES SERITIUM.


Durante tres sesiones he desarrollado en el IES Seritium, de Jerez de la Frontera, un curso de capacitación en competencias básicas dirigido al profesorado de ese centro y a otr@s docentes de otros centros de la localidad. He tenido la oportunidad de conocer a grandes profesionales y a docentes con ganas de aprender y aplicar, de una vez por todas, el trabajo por competencias básicas en el aula y con l@s que he compartido tres tardes de capacitación y de intercambio muy fructífero de ideas. Sólo por eso y por el trabajo realizado ha merecido la pena. Esto es lo que hemos hecho.

El curso se organizó para tres sesiones presenciales y una serie de tareas realizadas en la plataforma moodle del centro. Durante la primera sesión se planteó la base teórica del curso sobre el concepto, la programación, el trabajo y la evaluación (asunto que ha planteado otra larga entrada anterior) de las competencias básicas y se realizó un DAFO de los centros participantes. Aquí os dejo la prezi de esa sesión:



En la segunda sesión, se analizaron las tareas planteadas sobre relación de elementos curriculares del nivel elegido por cada participante (TAREA 1) y extraer indicadores y objetivos didácticos de los criterios de evaluación de ese nivel elegido (TAREA 2).




Una vez realizada esa actividad pasamos a diseñar tres tareas integradas, que quedaron en su inicio pero que sirvieron para ver las posibilidades que ofrecen para el trabajo de las competencias básicas. Estas son las tareas planteadas.



En la sesión final se planteó el tema complejo y difícil de la evaluación de las competencias básicas y se estableció un debate muy animado sobre el tema que se había planteado desde esta presentación:


Creo, por lo planteado en los debates y por lo expresado en las diferentes tareas que el curso ha servido para dos cosas fundamentales.

La primera es darnos cuenta de que evaluar competencias básicas supone que se debe programar su trabajo en el aula con actividades adecuadas para su desarrollo y evaluación.

La segunda es que hacen falta, por tanto, cambios metodológicos que permitan lo anterior y que son difíciles de desarrollar por varias causas, entre las que destacan la falta de formación de la mayoría de l@s docentes, la falta de interés de algun@s de ell@s y las nuevas condiciones actuales.

Como conclusión me gustaría reflejar un comentario de una de las asistentes, orientadora de un centro que ahora no recuerdo y que me comentó que lo que había aprendido en el curso les estaba sirviendo para plantear el trabajo de las competencias básicas en el centro de manera más coordinada y efectiva. Me alegró la tarde.

jueves, 19 de abril de 2012

RECORTES Y OPORTUNIDADES (1)

Comprendo que el título es chocante y puede provocar, sin leer el post, un cierto o un gran rechazo, pero me sirve para argumentar lo que sigue. 

Mi amigo Miguel Rosa (@miguel_rosa) ha puesto negro sobre blanco (o mejor, negro sobre ¿celeste?) algo que muchos docentes pensamos, algo sobre lo que casi todos y todas reflexionamos, criticamos y/o tememos y sobre lo que ya tenía yo pensado varias entradas. Aprovechando el inicio de esto a lo que podríamos llamar debate, e iniciando esta línea de entradas en mi blog, quiero ofrecer aquí una alternativa, una oportunidad, que nos pueden ofrecer los recortes. 

La propuesta es CONTAR CON LAS FAMILIAS PARA APOYOS EN LAS CLASES. Y me explico.

Se nos abre una oportunidad muy importante, por motivos desgraciados, para intentar la participación real de las familias en los centros educativos, de formar una verdadera piña, de crear verdaderas comunidades de aprendizaje, de que la familia participe en el aula de manera organizada y relacionada, de verdad, con la práctica diaria del aula. 

¿Podemos imaginarnos una clase de 4º de primaria con 30 alumn@s, una maestra y una madre o un padre apoyando la tarea de la anterior o una clase de 2º de ESO con una ratio de 36 con una maestra y un padre o una madre ayudando en la tarea y en el control de la clase?Pues de eso se trata.

Sé, a ciencia cierta, que esta propuesta, esta oportunidad, puede levantar mucho recelo y muchas dudas de organización y de resultados, pero queda recogida aquí para quien quiera o pueda utilizarla o, al menos, planteársela. Y, desde luego, espero comentarios. 

Seguramente, esta posible respuesta sea más fácil en centros de Infantil y Primaria que en los de Secundaria y seguro que en algunos centros se está realizando algo parecido. Yo reconozco que en mi centro, desgraciadamente, sería muy complicado o imposible. Pero, nunca se sabe.

jueves, 5 de abril de 2012

LAS COMPETENCIAS BÁSICAS EN EL AULA



1.       INTRODUCCIÓN (y base del planteamiento).

La tarea enviada por uno de los participantes en el curso de Competencias Básicas en el aula que desarrollo en el IES Seritium de Jerez, me ha servido para elaborar una respuesta que se ha ido convirtiendo en una reflexión amplia sobre la programación y evaluación de las competencias, y por ello la dejo aquí. Como una reflexión personal sobre un tema candente entre el profesorado.

Como docentes no tenemos mucho hábito, en general, de programar. Las programaciones eran un mero trámite burocrático y, básicamente, reflejaban las de los libros de texto que utilizábamos. Esa fuerte tradición permanece y seguimos, en general, también con la idea de trámite burocrático y de expediente que hay que cumplir. Sin embargo, las competencias básicas (en adelante, ccbb) han venido “a complicarnos la vida” porque tenemos que concretar en el centro (Proyecto Educativo), en el departamento (Programación Didáctica) y en el aula (Programación de Aula) cómo vamos a desarrollar las ccbb del alumnado, ya que la normativa no fija esa concreción del desarrollo curricular. Por ello, programar o diseñar nuestra hoja de ruta de cómo vamos a desarrollar las ccbb del alumnado se convierte entonces en una tarea imprescindible y necesaria para lo docentes.

Y programar no deber ser burocrático, sino pedagógico. No debe ser un trámite, sino la base de nuestro trabajo. No debe ser una carga, sino una ayuda para poder desempeñar mejor nuestra tarea docente. Claro que cuesta trabajo, claro que no estamos acostumbrados; pero también debe quedarnos claro que es la mejor forma de plantear lo que tenemos que hacer y, sobre todo, lo que tiene que aprender nuestro alumnado.

2.     CERTEZAS (espero).

·      Tenemos que desarrollar las ccbb del alumnado. Porque tenemos que cumplir la ley pero también, y sobre todo, porque es la mejor forma de que nuestro alumnado se desenvuelva en el mundo.
·     Evaluar es valorar, no calificar. Al valorar podemos dar un valor o una calificación, pero lo importante es el proceso, no el resultado.
·   Se evalúa obteniendo información (tareas y actividades) y utilizando unos criterios de valoración (los criterios de evaluación).
·      Si valoramos siguiendo unos criterios, tenemos que plantear tareas y actividades que podamos valorar con ellos.
·      Los contenidos deben servir, básica y fundamentalmente, para desarrollar ccbb y no sólo para almacenar información. Por otra parte, no podemos, porque sería ilegal y contrario a los intereses del alumnado, dar los contenidos que más nos gusten y como nos dé la gana, sino los considerados básicos e imprescindibles para el desarrollo de las ccbb del alumnado, que ya están fijados en la norma (no sería lógico y sería poco coherente decir que el Decreto nos quita autonomía pedagógica y, sin embargo seguimos a pies juntillas lo que nos marcan los libros de texto y las editoriales. ¿No será este planteamiento fruto de la comodidad y el desconocimiento?).
·     Lo importante es saber qué necesita aprender nuestro alumnado para ser competente, no qué tengo yo que enseñar. Es decir, debemos centrar la mirada en el trabajo del alumnado y no tanto en el nuestro.

3. DUDAS Y CONTRADICCIONES (ser docente es, en sí mismo, una contradicción).

·   ¿Qué significa ser profesor en el siglo XXI? ¿Sólo dar clases?, ¿sólo ser experto en alguna materia?, ¿programar y diseñar actividades?, ¿ser un guía del aprendizaje autónomo del alumnado?, ¿limitarse a enseñar contenidos? Sea como sea, lo que sí es cierto es que nuestro papel seguirá siendo básico en el aprendizaje del alumnado y, más, en un mundo cada vez más cambiante, más tecnológico y más social (redes, globalización, información, etc.).
·   Tenemos que valorar (EVALUAR) competencias y tenemos que poner una nota numérica oficial (CALIFICAR). Hasta ahora, lo que se ha hecho, con la escala, porcentajes y medias que queramos, es valorar para calificar y después traspasar esa nota “oficial” a la valoración de las ccbb. Por ello, se ha intuido la evaluación de ccbb como un añadido, porque seguimos trabajando y evaluando casi de la misma manera que hace 10, 20 o más años; pero, ahora, tenemos que cumplir con el trámite de las ccbb. Ese es nuestro problema: queremos seguir haciendo lo de siempre y que las ccbb no modifiquen nada nuestra tarea docente. Y ese no es el camino.
·     Se escucha con frecuencia que hay que ir “poco a poco” o “que no sabemos”. Desde el 2007 tenemos que hacerlo y todavía seguimos casi igual. Hay muchos avances, hay muchos cambios, pero, básicamente, el núcleo mayoritario de docentes está, después de 5 años, casi igual que  al principio. Así no hay manera.
·    Hay una confusión terminológica en el concepto de indicador. Tal como se plantean en el curso y en el método de programación que planteo y que se ha desarrollado en el IES Virgen del Castillo, los indicadores son los que te indican o señalan cómo desarrollar actividades para poder trabajar y evaluar ccbb. Tal como se plantean en otros términos, son meros descriptores de éxito para saber si el alumnado domina tal o cual competencia. Los dos conceptos INDICAN, SEÑALAN, pero el que yo propongo señalan lo que hay que hacer y el otro concepto señala el grado de consecución. Al primero deberíamos llamarlo INDICADOR y al segundo DESCRIPTOR. Esta es una confusión frecuente que puede despistar del objetivo último: programar ccbb para poder trabajarlas y evaluarlas.

4.     TAREAS, ACTIVIDADES Y EVALUACIÓN (el meollo de la cuestión).

Si hemos partido de la certeza o premisa de que lo más importante es el aprendizaje de nuestro alumnado, tenemos que plantearle actividades que lo mejoren. Si, por otra parte, hay que plantearle actividades que se valoren, hay que hacerlo según los criterios de evaluación que vamos a utilizar.

Y para esto no hay otra que programar. No para el inspector, director o jefe de departamento de turno, sino para el alumnado (una programación pedagógica, no burocrática). De esta forma, esa programación de actividades debe ser la guía didáctica de nuestro trabajo para poder desarrollar las ccbb del alumnado (la base de nuestro trabajo y no un mero trámite). Y, finalmente, nos permite ver el posible avance del alumnado en ese desarrollo (una posibilidad de mejorar nuestro desempeño docente, no una carga).

Para programar no hace falta saberse los contenidos, objetivos o criterios de evaluación sino tener claro que tenemos que relacionarlos con las ccbb. Es decir, lo importante de la programación, aparte de su sentido de planificación, es el diseño, es saber porqué y para qué programas. Y que no te programen, que suele resultar más cómodo.

En definitiva, para poder evaluar hay que desarrollar unas actividades y tareas programadas y si se tienen que evaluar ccbb, hay que utilizar los criterios de evaluación. En estos criterios de evaluación están descritas las actividades y tareas con las que se pueden trabajar las ccbb para poder evaluarlas (los desarrollos de cada criterio), que están expuestas de  manera expositiva, dan pistas. Si esas pistas las concretamos, las aislamos, definiendo cada actividad o tarea planteada, estamos sacando indicadores (en el sentido de señalar la actividad a desarrollar) que podemos plantear en infinitivo, por aclararnos, o como se quiera, pero que deben dejarnos claras las actividades y tareas que el alumnado tiene que realizar para que podamos valorar si van desarrollando las ccbb.

Siguiendo ese camino, el de la programación por indicadores, la evaluación de las ccbb se simplifica, porque sólo valorando la tarea realizada (que ya ha sido relacionada con las ccbb mediante la programación o que podemos relacionar en cada unidad didáctica) podemos evaluar el desarrollo de las ccbb de nuestro alumnado.

Sin embargo, la evaluación de las ccbb se nos hace un mundo a los docentes por varios motivos:
  • Por la contradicción, ya mencionada, de tener que evaluar ccbb y de poner una nota oficial. La contradicción entre valoración y calificación.
  • Por la poca o casi nula costumbre o hábito de programar y trabajar las ccbb. Seguimos utilizando, en general, las mismas metodologías y los mismos instrumentos de evaluación que hace décadas y nos cuesta cambiar.
  • Porque, tanto por un motivo como por otro, la evaluación de ccbb es un añadido incómodo, que avisa a nuestra conciencia docente que tendríamos que hacer las cosas de otra manera, pero que no sabemos o nos resistimos a cambiar para poder hacerlo.
Precisamente por lo anterior, aparecen (con toda la buena voluntad y con un gran despliegue de conocimiento que demuestra nuestra preocupación por intentar alcanzar una solución a este dilema) fórmulas mágicas en formatos complicadísimos donde colocando una nota allí y otra allá, nos sale tanto la calificación como la valoración del desarrollo de las ccbb. Pienso, con toda sinceridad, que las necesitamos como un clavo ardiendo para poder seguir haciendo lo mismo y tranquilizar nuestras conciencias con una valoración objetiva y científica de las ccbb. Pienso, también, que son muy complicadas y que al final crean un rechazo que aleja al profesorado de las ccbb por no saber cómo evaluarlas. Pero también reconozco que son geniales y demuestran todo lo bueno que tenemos los docentes.

En relación con esto y tanto por el interés de muchos docentes en buscar esa fórmula mágica, como por el de la inspección en que el profesorado tenga un seguimiento adecuado de su alumnado, yo he creado otro modelo, más simple y por unidades, que estamos valorando en nuestro centro. No nos engañemos, tiene las mismas limitaciones de todas estas tablas: sirven para un modelo de programación y no solucionan nada, por muy maravillosa que sea la hoja de cálculo, si seguimos utilizando la metodología tradicional. Por muy maravillosa que sea se puede convertir en una quiniela que se rellena a conveniencia para que salga la nota media de los exámenes, que es la que, en la gran mayoría de los casos, se quiere poner como nota oficial.

La evaluación de las ccbb es más una cuestión de asimilación de la necesidad de unas nuevas metodologías y unos instrumentos de evaluación más variados y adaptados a la anterior, que  una cuestión de números y fórmulas, por muy válidas que están puedan resultar si se utilizan bien y de que, de verdad, se trabajen las ccbb en el aula.

Finalmente, se observa que se hace cuesta arriba tener que programar (porque no estamos acostumbrados y nos parece algo burocrático) pero queremos fórmulas mágicas complejas que nos solucionen nuestros problemas de evaluación de ccbb, que, sinceramente, creo que la hacen más complicada. Todo sería mucho más fácil si cambiásemos nuestra perspectiva y nos diéramos cuenta de que si programamos las ccbb y las trabajamos en el aula, las podemos evaluar con cierta facilidad.

5.     CONCLUSIONES (a ser posible).

§     El centro del proceso educativo debe ser el alumnado. Los docentes deberíamos preocuparnos más por programar lo que el alumnado tiene que aprender que por lo que nosotros queremos o pensamos que deberíamos enseñar. Por eso los indicadores se redactan de forma que se orienta a la actividad del alumnado, no del docente.

§     Programar ccbb puede ser una tarea nueva y compleja al principio, pero nos abre los ojos sobre cómo tenemos que trabajarlas en el aula y cómo se pueden evaluar. Esa experiencia la he vivido en el IES Virgen del Castillo, tanto al programar tareas integradas como con las nuevas programaciones didácticas por ccbb de este curso.

§    Programar no es una tarea memorística sino pedagógica, no es una mera relación de conceptos más o menos complejos, sino que tiene que reflejar un planteamiento educativo, un diseño o guía de trabajo.

§      La programación y el trabajo de las ccbb hacen que nos tengamos que  replantear nuestras metodologías y nuestros hábitos evaluadores. Es decir, nos fuerzan a cambiar nuestra labor docente, que tradicionalmente es muy estática y poco innovadora. En las circunstancias actuales, o incluso de los últimos años, esto se hace más difícil y encuentra más resistencia entre el profesorado.

§       Sólo podemos evaluar si  tenemos información y criterios de valoración. Ambas cosas las tenemos con las actividades y tareas y con los criterios de evaluación, que además nos INDICAN qué tipo de actividades y tareas tenemos que programar para trabajarlas en el aula y, de esa forma, poder evaluarlas.

§    Y, finalmente, lo importante no es la terminología, sino la metodología. Lo importante es el trabajo en el aula y que nuestro alumnado aprenda y sea competente.